viernes, 16 de enero de 2009

El Encanto, zona humanitaria de Civipaz. Tierra y paz como herramientas para construir realidades.

Mañana el suplemento Tierra de El País publica la historia de la zona humanitaria de El Encanto, que firmo. Conocí el lugar hace unos tres años, cuando buscaba una historia capaz de contar la guerra enquistada de Colombia para la película Invisibles. La zona humanitaria El Encanto, situada en el corazón de los LLanos Orientales, se abrió ante mi con toda su belleza y su crudeza, con toda la verdad que tiene construir respeto y diálogo sobre los cimientos del dolor. Recuerdo aquella primera noche en la que, al no poder dormir, acompañé a Orlando al hacer la guardia nocturna, a cuidar el sueño de los otros. Los sapos gigantescos observaban con libertad nuestra vigilia y, sobre nosotros, las estrellas fugaces parecían querer enseñarme a dejar ir y a disfrutar el instante. Orlando, campesino desplazado, me hablaba de cómo el desplazamiento le había enseñado que la tierra está viva, siente y padece; el desplazamiento le había enseñado a cultivar a la manera de siempre, sin contaminar. Conocí a más gente: a Maria y a Rubelia, que les llaman matriarcas porque ellas han sido el gran motor del retorno a las fincas.
Todos ellos son víctimas del mismo conflicto que ha desplazado a cuatro millones de personas en Colombia, pero han recuperado sus fincas pese a las amenazas. Para ello se declararon neutrales, prohibieron el uso de las armas y decidieron unirse para crear un espacio crítico, respetuosa con la tierra donde incluso los niños tuvieran voz y voto.
Bajo la dirección de Javier Corcuera y la producción de Javier Bardém rodamos su historia, ganamos el premio Goya junto a otros cuatro documentales y hoy El Encanto es un ejemplo de cómo la población civil puede hacerle frente a los grupos armados, y cómo en ello tienen mucho que decir las humildes mujeres de la tierra.

1 comentario:

  1. la zona humanitaria de civipaz
    es un ejemplo de resistencia de lucha de, mi felicitaciones a todos usredes sigan hacy... dios los bendiga

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