jueves, 5 de mayo de 2011

Jose Luis Sampedro, el mar y el deber de ser uno mismo

José Luis Sampedro vive en Málaga en una casa llena de luz de cuyas paredes cuelga un humilde retrato de su vieja sirena; también hay un ordenador, unos sillones blancos y la última colección entera de la enciclopedia británica. Pero frente a su mesa de trabajo se extiende la inmensidad del mar azul y plata, que el otro día estaba en calma tras la lluvia.
Llegamos hasta él para hacerle una entrevista. Durante varias horas hablamos de los jóvenes que han de reaccionar, del consumo que hay que cuestionarse, de los valores que han de cambiar; de este momento de la historia en el que estamos a punto de perder todos los logros por los que han luchado nuestros antepasados si no reaccionamos. Pero también de la memoria perdida, hablamos de Sócrates y el día en el que fue al mercado para decir "!Qué de cosas no necesito comprar!", de Estambul, de los recursos limitados de nuestro planeta y de que la única obligación que tenemos cada uno de nosotros como seres humanos es ser nosotros mismos, seguir nuestro propio camino...Al terminar la entrevista antes de quitarse el micrófono Sampedro dijo que hay que librar la batalla aunque hayas perdido toda esperanza y sepas que vas a perderla.
Después nos levantamos y tan pronto como le permitieron sus nonagenarias piernas José Lus Sampedro vino con un ejemplar de la enciclopedia británica y lo abrió para señalarme con sus magullados dedos una imagen. Era la fotografía de una manifestación de jóvenes con un gran cartel en el que se leía: "El capitalismo no funciona". Después, a la manera de los sabios clásicos, me contó una historia:
-¿Sabes? Me dijo en tono irónico, este mar que tengo frente a mi me lo he comprado. No todo, sólo el trozo que ves ahora.
-Le miré y sonreí sin decir más.
-"¿No me crees?" Pues sí, lo he comprado entero. O, digamos, es como si lo hubiera comprado entero. Porque haría exactamente lo mismo con él si fuera mio. Lo miraria, lo disfrutaría así como lo hago, y estaría abierto a todos los demás como está ahora. ¿Para qúé necesitamos comprarlo todo?¿Para qué? Hay que despertar.
Mientras hablaba recorde el capítulo de El principito en el que un hombre de negocios decía poseer el universo y hacía cuentas y cuentas y cuentas. Todas las estrellas eran suyas, y también los planetas, le dijo al pequeño Principito. Sampedro sonrió.
-Sí, qué gran libro. Es uno de los libros que uno desearía haber escrito.

Entonces pensé en su vieja Sirena, en que me hubiera gustado haber escrito ese libro, en el mar, en lo que me han enseñado los griegos y en Sampedro como un representante de los últimos herederos de su sabiduría, pensé en todo lo que no poseo y en las batallas que he de librar aunque ya las haya perdido.

Gracias Sampedro por hacerme ver la oruga y su transformación, la mariposa que en este momento creamos entre todos...aunque duela.

3 comentarios:

  1. serías tan amable de decir la localidad de Málaga en la que vive Sampedro?.mI correo es bilboblos@gmail.com
    Yo admiro a Sampedro. Como muchos.
    Gracias

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  2. Muy buena entrevista, un hombre al que he admirado siempre. Por su sbiduría, por la fuerza de sus palabras, por su compromiso con la sociedad y por todos sus libros que me han enseñado tanto... D.E.P.

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