jueves, 5 de noviembre de 2009

Otoño en Cervera, viaje al principio de todo.

Una vez le pregunté a una mujer sabia el motivo por el que cuando llego a Cervera siento que todo es fácil y hermoso, y no puedo quitarme la sonrisa del rostro. Aquella mujer sabia, que a sus ochenta años se había convertido en maestra, se limito a contestarme que en los bosques de la montaña palentina aún hay tierra que no ha pisado nadie. Después me habló de aquel día en el que conversó con el Roblón, al que todos llaman Abuelo. Se trata de un gigantesco roble al que la mujer ayudó a salvar. El Roblón le habló de cómo era la vida antaño, antes de que se crearan los pantanos, los turistas, los coches; la locura. "El me habló de las cosas que importan". Abajo hay unas fotos del roble, al que yo siempre pido deseos y siempre se me cumplen.






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