
Ayer tuve el gusto de asistir al estreno en el festival de cine de Mahadahonda de Afgan Star, la película documental que ganó el premio del público en el festival de Sundance. Impresionante. Por primera vez veo el reality Operación Triunfo sin pestañear. La peli arranca con un niño ciego que canta en la calle y define lo que es para él la música: Vida. A su lado otro niño, mísero, nos cuenta lo que es el silencio. A partir de ahí comienza una operación triunfo afgana pasada por la memoria de la guerra, la amenaza taliban, la división entre clanes familiares, el lugar que ocupa la mujer y ese pasado glorioso en el que este país miraba hacia el mundo. Cantar y bailar para una mujer puede ser causa muerte. En Afganistan el pueblo se aferra a Operación Triundo como a bandera de libertad, al menos al principio. ´Después afloran las contradicciones sobre las que se erige la sociedad: Las campañas a favor de los miembros de los distintos clanes, la censura, la voz y la amenaza de los religiosos, la muerte.
Setara, en la foto, es la joven que sueña con la apertura y se enfrenta con su actitud a lo establecido. Ella baila, rie, sueña frente a la cámara. Y es ella quien resulta eliminada, a quien expulsan de la casa por haber bailado, a quien amenazan con matar si regresa a su hogar...por haber bailado. Las palabras de la única competidora que es mujer expresan casi todo: "Bailar, eso no lo hace una afgana".
La guerra, la miseria, la memoria reciente de un país que intenta reconstruirse sin saber muy bien hacia donde mirar, la amenaza de los talibanes...y esa necesidad de libertad innata al ser humano, esa necesidad de aire, esa necesidad de salir adelante. ..que aquí se deisfraza cn los ropajes de la globalización acultural y desenraizada de los realitys. Se abren preguntas acerca de lo global y lo local, preguntas acerca de la guerra y de cómo se distribuye el mundo, preguntas sobre la mirada femenina y sobre esos medios de comunicación que pueden ser ventabas al universo o descalabros hacia el abismo. Al salir recordé el día en el que desde Radio Nacional Fran decía aquellas cuatro palabras que tanto sentido tuvieron para muchos medios entonces: Estamos entrando en Kabul. Qué suerte haber nacido mujer en esta zona del mundo.
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