lunes, 23 de febrero de 2009

Diamantes y Crisis

Estoy en Amberes, a pocos metros de una estación de metro llamada Diamante y del búnker que rodea su comercio. Esta es la central mundial del comercio de diamantes, hasta aquí llegan cientos de personas cada dia para comprar, vender, diseñआर. Los judíos ultraortodoxos pasean con sus tirabuzones junto a hindúes y lइबनेसेस।Aquí।no hay lugar para la exclusion porque manda el dólar, el diamante es el rey, y durante día y noche gentes hombres -porque la mayoría lo son- llegados de todo el mundo se reúnen para comprar y vender esos pequenos cristales. Llevo todo el día caminando de un lado a otro en busca de información sobre algo que pretendía ajeno, distante, alejado de mi mundo y de mis deseos. Al final no ha sido así, las pequenas piedras que adornan la ciudad parecen querer hablar de tres mundos opuestos en los que todos vivimos: tambien de la crisis y de como se dibuja frente a los miedos. A primera hora llegamos a un gran bunker a cielo abierto sellado por camaras, vigilancia, policias. Todos ellos protegen las lagrimas de piedra, y, sin embargo, nada mas entrar en los edificios descubres telaranas, dejadez, la cara opuesta a la imagen fashion y lujo del diamante. Todas hablan sobre un mundo que muere y otro que comienza a nacer. Hay crisis también en el diamante, repiten una y otra vez los artesanos, los comerciantes, los joyeros. Para todos ellos es un rentable negocio: miles de millones de euros se mueven a cada instante. Pocos hablan de los lugares de donde proceden, de las minas que rompen países, de las guerras que originaron, de las manos que los trabajan. De los cientos de niños que mueren en el mundo a cada instante. Del desequilibrio que separa paises, que esclaviza hombres, que rompe vidas. Hअबलन eso si de los miles de euros que cuestan, que ahora los nuevos ricos quieren pagar pero pocos jovenes de occidente. A lo largo del día he conocido gente apaसीonada con lo que hace, capaz de decir que un diamante no es nada mas que lo que alguien pone en el. He oído varias veces que el mundo cambia...

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