martes, 11 de mayo de 2010

Gamal de Giza, principe de los perfumes

Gamal esta sentado en un sofá desvencijado a la puerta de su tienda de perfumes. Vive en Giza, de espaldas a las tres pirámides. A primera vista parece un hombre sencillo, normal, de esos que van a jugar al parque todos los viernes con sus hijos y ven el fútbol en las teterías de todo el mundo árabe. Sin embargo, a sus 42 años, 2 hijos, 22 empleados y una tienda a la que se le conoce por el nombre de Sheik Abdul sólo sabe que aún no esta listo para marcharse a ningún otro mundo. Llegamos a él por casualidad después de bajar hasta la pirámide y permanecer casi una hora en su interior. Gamal nos recibió como si me conociera. Durante varias horas se limita a responder a mis preguntas sobre el perfume enseñándome que tras el olor hay muchas más cosas, y que en el olor pueden encontrarse muchas más claves. Incrédula que soy sigo preguntando y me habla de mi, de las rosas que sanan los corazones rotos, de la necesidad de olvidar lo que pasó. De dejar el pasado para crear el presente. Cuando le digo que no tengo dinero para comprar el perfume me contesta que el dinero no paga las cosas importantes, que el dinero no compra la salud, los amigos o la felicidad y me regala esencias sanadoras, perfume, un quemador y hasta libros fotocopiados.
Días después descubro que hay mucha gente que llega hasta él para aprender su saber y crecer. Recién llegada a casa y rota por el viaje lo escribo. Para dar las Gracias. Gracias Gamal.

2 comentarios:

  1. Porque sé que estás rota por el viaje, y aun así has acudido a tu cita en Valladolid, te doy las GRACIAS. Ha sido bonito conocerte y escucharte. Brindemos por los descubrimientos. Un beso,
    Manuela.

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  2. Buenas tardes Elena

    Me llamo Javier Díaz Carballeira y llego a su blog gracias al programa Espacio en blanco, que escuché en diferido el otro día. Me gustó mucho la entrevista y las cosas que contaba. Además, descubro ahora, que me identifico mucho con su forma de escribir. Gracias por hacernos viajar con sus palabras y por enseñarnos otros mundos y otras gentes. Seguiré visitando este lugar y me acercaré a sus libros. Un saludo.

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